La Unión Europea ha aprobado una nueva Directiva de Eficiencia Energética que establece la eliminación de la calefacción de combustibles fósiles como el gas o el gasóleo en todos los edificios en 2035. Si no es viable, la eliminación deberá ser en 2040. Además, a partir de 2024, los Estados miembros no ofrecerán ningún incentivo financiero para la instalación de calderas que utilicen gas o gasóleo. La alternativa propuesta son las bombas de calor y tecnologías basadas en energías renovables.
¿Por qué se toma esta medida?
Los edificios en la UE representan el 40% del consumo final de energía y el 36% de sus emisiones de gases de efecto invernadero. La eliminación de las calderas de gas y diésel es una medida necesaria para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de la UE y frenar el cambio climático.
Alternativas a los Combustibles Fósiles
La Directiva propone alternativas como las bombas de calor y tecnologías basadas en energías renovables. Además, se están explorando opciones como las baterías de calor, las calderas de biomasa y los paneles solares térmicos. Estas tecnologías ofrecen varias ventajas, como la reducción de emisiones y la dependencia de combustibles fósiles, aunque también presentan desafíos como la necesidad de inversión inicial y la adaptación de la infraestructura existente.
Implementación y Plazos
A partir de ahora, no se permitirá la instalación de calderas de gas en nuevos edificios. Aunque España tiene un plazo de dos años para incorporar esta ley, se espera que la transición comience de inmediato y se complete antes del 1 de octubre de 2025. La normativa exige que, para 2030, los Estados miembros logren una reducción de al menos un 11,7% en el consumo de energía final en comparación con 2020.
Enfoque en la Renovación y Prohibición de Combustibles Fósiles
Entre las estrategias para alcanzar este objetivo se incluyen la renovación de sistemas de calefacción en edificios públicos y la prohibición, a partir de 2026, de implementar nuevas medidas basadas en combustibles fósiles en edificios residenciales. Esto implica que los nuevos edificios deberán optar por instalar bombas de calor en lugar de calderas de gas.
Preparación del Sector
Los instaladores ya están tomando nota de estos cambios. Aunque la normativa española aún no está definida, el sector es consciente de las implicaciones que conllevará. Se están preparando para trabajar en la modificación de normativas y en colaborar con el Ministerio de Transición Ecológica.
Adaptación y Formación Profesional
El cambio hacia las bombas de calor exigirá que los profesionales del sector se adapten. La Directiva especifica que los Estados deberán garantizar la existencia de suficientes profesionales cualificados y se lanzarán campañas publicitarias para atraer a jóvenes a esta profesión de mantenimiento energético.
Eficiencia de la Aerotermia
Las bombas de calor, que utilizan la energía del aire para producir tanto frío como calor mediante la aerotermia, son mucho más eficientes que las calderas de gas natural. La diferencia de eficiencia entre ambas es significativa, consumiendo las bombas de calor hasta un 25% menos de energía.
Liderazgo Nórdico y Retraso Español
La Asociación Europea de Bombas de Calor (EHPA) ha revelado que los países nórdicos lideran la adopción de bombas de calor, con Finlandia (69%), Noruega (60%), Suecia (39%) y Estonia (32%) a la cabeza. En contraste, en España, las bombas de calor representan menos del 10%, y el país se encuentra a la cola de Europa en su uso.
Hacia la Electrificación de los Hogares
A pesar de la resistencia inicial, la electrificación de los hogares en Europa parece inevitable. La Directiva que exige esta transición ya ha sido publicada oficialmente, y ahora solo queda que los países miembros, incluida España, tomen las medidas necesarias para cumplirla.
Este cambio representa un paso significativo hacia un futuro más sostenible y eficiente, donde la dependencia de los combustibles fósiles será cada vez menor y las energías renovables tomarán protagonismo.
La Directiva de Eficiencia Energética de la UE marca un cambio climático crucial, apostando por la eliminación de calefacciones de combustibles fósiles y promoviendo la adopción de energías renovables como las bombas de calor. Aunque España debe acelerar su transición, la adaptación y formación profesional son esenciales para el éxito. El liderazgo de los países nórdicos y la eficiencia de la aerotermia son ejemplos inspiradores. Este cambio no solo es un paso hacia el cumplimiento de los objetivos climáticos, sino también una puerta a la innovación y nuevas oportunidades en el sector verde. La Directiva es un llamado a la acción y a la construcción de un futuro más sostenible.